Eneagrama, ¿qué es y para qué sirve?

Es curioso observar lo que nos llega desde las redes sociales y comprobar, en los mensajes que nuestros contactos comparten, cómo cada uno de nosotros estamos viviendo lo que nos acontece.

Casi sin darme cuenta, a cada modelo de pensamiento que se refleja detrás de un comentario, me aflora el número que le corresponde según diagnóstica la herramienta a la que me refiero: se trata del eneagrama. Cuando leo algún comentario desde la ira, descubro al número 1. O si otro cuelga en su perfil su estado desde el miedo, descubro a un número 6 que lo describe. Si alguna persona refleja los hechos desde una lectura trágica de los pequeños logros que se van consiguiendo, descubro un n.º 4.

Y qué son estos 1, 6 y 4, ni más ni menos que radiografías de los nueve modelos mentales que la herramienta del eneagrama establece.

Es un término que procede del griego “ennea” que significa nueve y “gramma” que significa puntos. Se trata de una técnica milenaria pero que ha sido interpretada a principios de siglo XX por George Gurdjett, un místico Armenio que dio a conocer al mundo occidental la sabiduría del eneagrama. Con posterioridad, Oscar Ichazo y Claudio Naranjo, en los años 70, lo introdujeron en la psicología práctica no solo como estrategia terapéutica sino con propósito de enseñar a manejarla.

El Eneagrama es el método de clasificación de los diferentes tipos de personalidad. Una herramienta que clasifica el estado mental con el que cada uno de nosotros hemos nacido. Se utiliza como recurso habitual por psiquiatras, psicólogos, coach y profesionales que están familiarizados con el desarrollo personal.

El propósito de las herramientas es ayudarte a conocerte, sirve para mirar el interior de uno mismo y ordenar el desorden interior poniéndole palabras. Cada persona tiene un eneatipo, que es como se llama a cada modelo mental, que reacciona de una manera determinada ante los mismo estímulos, tiene las mismas “heridas”, que es como denomina el eneagrama a la motivación que te lleva a ser como ERES.

La herramienta tiene un potencial liberador, porque te ayuda a entender por qué reaccionas como reaccionas ante situaciones concretas, pero también tiene un lado perverso, porque puede usarse como método de etiquetar modelos de comportamiento. De esto último, debemos huir.

El eneagrama establece las características propias de cada eneatipo y cómo se presenta el ego falso (el lado oscuro) que todos tenemos y la Esencia (o parte luminosa) que también está en nosotros. De esta manera, resulta muy revelador conocer cual es tu eneatipo dominante. Si tu eneatipo se caracteriza porque te consideras que eres indigno de amor, tiene mucho sentido que tu comportamiento reiterado, y lo que te mueve a actuar, sea encontrar el amor. De igual manera si encuentras que lo más significativo de tu eneatipo dominante es que te sientes imperfecto, eso explicará por qué en todo lo que haces buscas la perfección, llegando incluso a sufrir mucho por conseguirlo.

¿Cuál es el propósito del eneagrama?

Va a ser útil en los ámbitos en los que nos relacionamos con personas y que nos mostramos y reaccionamos como personas, es decir en todos nuestros espacios de relación

  • En el ámbito de la pareja, para entender los desafíos y las complementariedades que tienes con la persona que amas.
  • En el ámbito de la relaciones paterno filiales, en función de la herida que tienes te da muchas pistas a cómo puedes tratar a tu hijo/a. Si yo soy un 1 y mi hijo es un 4, eso va a determinar la relación, de manera que conocer cuáles son mis características de eneatipo y las del de mi hijo, me permitirá elegir de manera consciente mi manera de tratarle, de potenciar lo mejor de él.
  • En el ámbito sanitario, para entender la reacción somática que adoptamos cada persona. No se trata de analizar y tratar el síntoma, sino de actuar sobre las causas que provocan ese síntoma.
  • En el ámbito de la empresa, el modelo de liderazgo que se ejerce no es él mismo con un eneatipo que con otro. No es lo mismo liderar a un 6, que le cuesta tomar decisiones, o a un 8, que no necesita que nadie le diga lo que tiene que hacer.

El desafío está en el ámbito educativo y, en este periodo convulso y de replantearse modelos, debería ir incorporándose. El dotar de herramientas de autoconocimiento a los alumnos de manera integrada en el currículo posibilitará que cada alumno construya sus propias fortalezas en su proceso de aprendizaje y desarrollo.

Lo que sí es seguro es que cada uno de nosotros tenemos el sesgo de nuestro modelo mental, el conocerlo y entendernos nos ayudará a que cada vez la limitación sea menor y por ende el dolor.

Mientras antes lo conozcamos y lo trabajemos antes mostraremos en nuestras comunicaciones estados de mejora, positividad, satisfacción y aceptación de lo que nos pasa. Ese es mi propósito.

Eneagrama, ¿qué es y para qué sirve?